SECUNDARIO - RECORDAMOS EL 2 DE ABRIL

La historia del hombre parece más una historia de las guerras que una historia del ser humano y su desarrollo. Y nos preguntamos ¿Por qué? Si las guerras son tan terribles, si solo traen dolor, muerte y separación de familias. Pero en cambio la paz es el triunfo de la vida, ese estado de justicia y solidaridad, donde se hace todo lo posible por construir un mundo mejor.

Sin embargo, la humanidad no ha evitado la confrontación.

Hoy recordamos lo que aconteció el 2 de abril de 1982: un nuevo aniversario del inicio de la guerra por la recuperación de las Islas Malvinas, ocupadas ilegalmente por Inglaterra. Lo sucedido en el año 1982 nos hace reflexionar acerca de la importancia de conocer nuestra historia, para entender nuestro presente y comprometernos con nuestro futuro.

Brevemente, queremos recordar episodios de la historia y los sucesos que marcaron un antes y un después en la historia de nuestro país.

Desde el año 1833 nuestras Islas Malvinas estuvieron ocupadas por los británicos y los reclamos argentinos acerca de su soberanía sobre esas tierras, nunca tuvieron éxito.

En el contexto del “Proceso de reorganización Militar”, ejercido bajo un régimen dictatorial desde el Golpe de Estado de 1976, Argentina ocupó las Islas Malvinas, luego de vencer una débil resistencia británica el 2 de abril de 1982.

La reacción de Gran Bretaña no se hizo esperar. El 1 de mayo, las fuerzas británicas iniciaron el bombardeo aéreo y el 2 de mayo, la Armada de ese país hundió el crucero General Belgrano. Con el paso de los días, la sociedad comenzó a darse cuenta de la realidad. Nuestros soldados estaban sufriendo las consecuencias de la guerra y, además, íbamos perdiendo. La mayor parte de nuestro ejército estaba formado por jóvenes inexpertos que, sin apoyo de tecnología bélica, fueron al frente y dejaron la vida en la lucha por la soberanía territorial.

A mediados de junio, la tecnología de guerra y el entrenamiento de los soldados británicos junto con el apoyo de EEUU y la OTAN, hicieron que el desenvolvimiento de Gran Bretaña fuera notablemente superior, obligando a Argentina a presentar su rendición el 14 de junio del mismo año.

Con el fin de la contienda llega también el fin de la dictadura militar.

La Guerra de Malvinas es una historia plagada de desventuras personales, errores políticos, ignorancia diplomática e improvisación militar. La historia de las Islas, es una historia de usurpación, de arrebato, pero, sobre todo, una herida abierta en el corazón de muchos argentinos, que murieron por defender ese suelo tan extraño y querido, para que flameara nuevamente allí nuestra bandera.

Pero hoy, no queremos hacer un culto al territorio perdido sino recordar y conmemorar, con este gesto, el respeto y empatía, a todos los jóvenes soldados que participaron de una guerra que, en medio de tanto conflicto, dejó dolor y heridas en una Argentina que es nuestra obligación construir. Por eso, el 2 de abril, es el Día del Veterano y los Caídos en la Guerra de Malvinas.

La sumatoria de errores y horrores no logran empañar la entrega, abnegación y el valor de quienes entregaron con sacrificio sus vidas. Un reconocimiento al honor, que perdura por sobre las circunstancias y la temporalidad del hecho histórico.

Sin duda, la situación del país en aquella década merece ser analizada, estudiada y comprendida para que no vuelva a suceder.

La mayoría de quienes estamos en la escuela hoy, nacimos en democracia. Otros vivieron las dictaduras y supieron de la guerra. Con más razón, con la herida abierta de lo que se perdió, la vida de nuestros soldados argentinos, tenemos la obligación y la responsabilidad de transmitir los valores de libertad y la igualdad entre todos los hermanos que formamos esta patria. Jamás podremos olvidar a quienes entregaron su vida por nuestro suelo. Nunca debemos dejar de recordar a nuestros héroes que viven para que hagamos memoria del valor de la entrega, a pesar del miedo. Porque en nuestros héroes de Malvinas, se encuentra escrita otra página trascendental de la historia Argentina.

Probablemente haya muchas razones, y cada uno de nosotros tenga las propias, para tomar partido en una situación interna tan dolorosa del pasado, pero las heridas no tienen que servir para eso, sino que deben convocarnos a la obligación de hacernos cada vez más sólidos en los valores que queremos vivir.

Que esta conmemoración sirva no solo para un protocolo de silencio, sino, en primer lugar, para que cada uno de los que formamos el Instituto La Inmaculada, asumamos el compromiso de sacar adelante a nuestra patria.

Los caídos y los héroes de Malvinas estarán entre nosotros, y serán honrados en nuestra nación, cuando sepamos construir un país que, poniendo toda su fe en Dios, sea capaz de formar el hombre nuevo de una sociedad nueva.