"NO ES LO QUE ENTRA POR LA BOCA LO QUE MANCHA AL HOMBRE" Mt 15,11

   Equipo  Pastoral 


Querida comunidad educativa:

Nos volvemos a encontrar en torno a la Palabra de Dios…


Nos ponemos en presencia de Dios para comenzar la oración de hoy.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 15, 1-2. 10-14

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos escribas y unos fariseos venidos de Jerusalén y le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de nuestros mayores y no se lavan las manos antes de comer?” Jesús llamó entonces a la gente y le dijo: “Escuchen y traten de comprender. No es lo que entra por la boca lo que mancha al hombre; lo que sale de la boca, eso es lo que mancha al hombre”. Se le acercaron entonces los discípulos y le dijeron: “¿Sabes que los fariseos se han escandalizado de tus palabras?” Jesús les respondió: “Las plantas que no haya plantado mi Padre celestial, serán arrancadas de raíz. Déjenlos; son ciegos que guían a otros ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en un hoyo”.

 

Palabra del Señor

 

El Evangelio de hoy nos narra la discusión de Jesús con los fariseos sobre lo que es puro e impuro, habla de las costumbres religiosas de aquel tiempo, habla de los fariseos que enseñaban estas costumbres a la gente, y de las instrucciones de Jesús respeto de esas costumbres, muchas de las cuales ya habían perdido su sentido.
Los fariseos critican el comportamiento de los discípulos de Jesús. Algunos fariseos y diversos doctores de la ley, venidos de Jerusalén, se acercan a Jesús y preguntan: "¿Por qué tus discípulos transgreden la tradición de los antepasados? ¡Pues, no se lavan las manos a la hora de comer!" Ellos fingen estar interesados en conocer el porqué del comportamiento de los discípulos. En realidad, critican a Jesús por permitir que los discípulos transgredan las normas de la pureza.
 Jesús abre un nuevo camino para que la gente se acerque a Dios. Él dice a la multitud: "Oíd y entended. No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre.” Jesús invierte las cosas: lo impuro no viene de fuera hacia dentro, como enseñaban los doctores de la ley, sino de dentro hacia fuera. De este modo, nadie más precisa preguntarse si ésta o aquella comida o bebida es pura o impura. Jesús coloca lo que es puro o impuro a otro nivel, en el nivel del comportamiento ético. El abre un nuevo camino para llegar hasta Dios y realizar así el deseo más profundo de la gente: estar en paz con Dios.  A través de la fe en Jesús, era posible conseguir la pureza y sentirse bien ante Dios sin que fuera necesario observar todas aquellas normas de la “Tradición de los Antiguos”. ¡Fue una liberación! La Buena Nueva anunciada por Jesús sacó al pueblo de la defensiva, del miedo y le devolvió la voluntad de vivir, la alegría de ser hijo e hija de Dios.


Jesús reafirma lo que dijo antes. Los discípulos comunicaron a Jesús que las palabras de Él producían escándalo entre los fariseos, pues decían exactamente lo contrario de aquello que los fariseos enseñaban a la gente. La respuesta de Jesús es clara y no deja lugar a duda: "Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será arrancada de raíz. Dejadlos: son ciegos y guías de ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.” Jesús no disminuye el impacto de sus palabras y reafirma lo que había dicho antes.

 

Ojalá que nunca nos pase a nosotros eso que les aconteció a los fariseos. Pidamos a nuestro Señor la gracia de ser profundamente humildes y sencillos de corazón, para creer en Él con una fe viva, para confesar y proclamar públicamente a Jesús.