"MI CASA ES CASA DE ORACIÓN" Lc 19, 46
Pastoral Educativa
Querida
comunidad educativa:
Nos ponemos en presencia de Dios para comenzar
la oración de hoy.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo, Amén.
Lectura del Santo Evangelio
según San Lucas 19, 45-48:
Aquel
día, Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y
compraban allí, diciéndoles: “Está escrito: Mi casa es casa de oración; pero
ustedes la han convertido en cueva de ladrones”.
Jesús
enseñaba todos los días en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los
escribas y los jefes del pueblo, intentaban matarlo, pero no encontraban cómo
hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras.
Palabra de Dios
Reflexión del Evangelio de San Lucas
Parece que Jesús se enfada con mercaderes y
vendedores, y en parte es así. Pero su enfado no viene por su profesión, su
enfado no va dirigido a los de fuera del templo, va dirigido a los de dentro.
Esto que parece una apreciación sin importancia la tiene y mucha, pues el mensaje
que Jesús quiere transmitir va encaminado a cada uno de nosotros. Sí, a cada
uno de los cristianos que vamos a visitar el templo, a cada uno de los
sacerdotes y religiosos que sirven de manera especial al Señor y a cada uno de
los que llevan la iglesia con una responsabilidad mayor y de dirección. El
mensaje es único: " mi casa es casa de oración". ¿Qué querrá decirnos
Jesús con esto? Quizás esté pensando en las personas que muchas veces usamos la
iglesia como medio para nuestros intereses, quizás esté pensando en cada hijo
suyo que frecuenta los sacramentos y no se acaba de convencer de que lo
importante verdaderamente es servir sin ser visto, sin sacar tajada, sin que
nadie lo note.
A la Iglesia hemos de acudir de puntillas, con la
confianza de un niño pero con un corazón que ore, que busque el encuentro
verdadero con Dios, y no con los hermanos que pueden terminar en negociaciones
ajenas al dueño de la casa. La Iglesia indudablemente es un misterio, y está
llena de humanidad, y cuenta con fallos humanos.
Con nuestra vida sincera y sencilla y nuestra
actitud orante formamos también esa otra Iglesia, que es la que vale: la
Iglesia de los Santos, la Iglesia que es camino de Salvación, la Iglesia
compañera nuestra en la gran aventura de encontrarnos con Dios.
Meditación
del Papa
Los
explotadores, los comerciantes en el templo, explotan también el lugar sagrado
de Dios para hacer negocios: cambian las monedas, venden los animales para el
sacrificio, también entre ellos se vuelven como un sindicato para defender.
Esto
no solo era tolerado, sino también permitido por los sacerdotes del templo. Son
los que hacen de la religión un negocio. En la Biblia está la historia de los
hijos de un sacerdote que empujaban a la gente a dar ofrendas y ganaban mucho,
también de los pobres. Y Jesús dice: Mi casa será llamada casa de oración.
Vosotros, sin embargo, la habéis convertido en una cueva de ladrones.
De
este modo, la gente que iba en peregrinación allí a pedir la bendición del
Señor, a hacer un sacrificio, era explotada. Los sacerdotes allí no enseñaban a
rezar, no les daban catequesis… Era una cueva de ladrones. No sé si nos hará
bien pensar si con nosotros ocurre algo parecido. No lo sé. Es utilizar las
cosas de Dios por el propio beneficio. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 29 de
mayo de 2015, en Santa Marta).
Amén