EDIFICA TU FE SOBRE ROCA
Pastoral Educativa
Querida comunidad educativa:
¡Muy buenos días! Los invitamos a ponernos en presencia de Dios un día
más para comenzar con la oración de hoy.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Lectura del Santo Evangelio según San
Mateo 7, 21. 24-27
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: “No todo el que me diga: ‘¡Señor, Señor!’, entrará en el Reino de
los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos.
El que escucha estas palabras
mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su
casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los
vientos y dieron contra aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida
sobre roca.
El que escucha estas palabras
mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó
su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los
vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente’’.
Palabra del Señor.
Jesús
comienza su acción llamando a la conversión: “Conviértanse porque el Reino del
Señor está cerca”, y nos llama a la conversión para el Reino.
El
Reino, es lo que pedimos en cada Padre Nuestro: “Que venga Tu Reino”. El Reino
de Dios es Dios reinando y actuando en cada uno de nosotros y en nuestra
historia.
Todo
el Evangelio, pero, sobre todo, todo el sermón de la montaña es la proclamación
del Reino.
Jesús
dirige la palabra a todos, pero más especialmente a sus discípulos, ¿quiénes
eran?: los que habían creído en Él, los que le estaban creyendo y estaban
siguiéndolo.
Lo
que hoy escuchamos en el Evangelio es la culminación de todo ese sermón de la
montaña. Y en este párrafo de la última parte de ese sermón, Jesús señala quiénes
no entrarán al Reino. Esta frase de Jesús: “No son los que dicen ‘¡Señor,
Señor!’”, no los que profetizan, no los que expulsan demonios, ni los que hacen
milagros. ¿Cómo dice esto Jesús? Jesús es el que había dado la orden de orar y
de pedir al Padre. Jesús, a estos amigos, apóstoles, discípulos, los envía a
predicar, es decir a profetizar, a expulsar demonios, a hacer milagros.
¿Cómo
dice Jesús no basta con orar? ¿Quiénes entonces es bueno?: El que cumple la
voluntad del Padre, es decir el que escucha y pone en práctica.
Jesús
es quien escuchó al Padre e hizo lo que Él quería. Por eso quien oye la Palabra
y la pone en práctica, como lo hizo Jesús, como lo hizo la Virgen, es quien
construye su casa, es decir su destino, su propia historia, sobre roca, sobre
lo sólido. Podrán venir todas las dificultades que pueda haber en la vida,
algunas inesperadas, otras crueles y duras, pero todo eso no tirar abajo la
casa, porque está construida sobre terreno sólido, el terreno de la Palabra que
se cumple y que se guarda en el corazón. María así escucho la palabra, así la
puso en práctica, así fue Madre y así es nuestra Madre, la que colabora con
Jesús en nuestra salvación.
“No
todo el que dice ‘¡Señor, Señor!’, sino el que pone en práctica”.
Que
así lo seamos.
Amén.