CONVERSIÓN ECOLÓGICA

    Pastoral Educativa                           


Querida comunidad educativa:

Muy buenos días… Esperamos que se encuentren bien.

Teniendo en cuenta que el Papa Francisco nos invitó durante todo el mes de septiembre  y hasta el 4 de octubre a una “conversión ecológica” es que tenemos una invitación para hacerte:

 

Martes 29-9

18 hs.: Testimonios de proyectos y acciones transformadoras-seguinos por nuestras redes  y Canal de YouTube (“Laudato Si Argentina”)

 

Miércoles 30-9

17 hs. Cierre resumen del Aula del Cuidado del Ambiente y de los pobres. Se transmite por www.4cmn2020.com y por Facebook: Año Mariano Nacional 2020 , Youtube con el usuario 4cmn2020

 

20 hs Foro-Debate con los Jóvenes Agustinos Recoletos (JAR)

Tema: Cuidado de la Creación. Vamos a tratar el tema de los Humedales del Delta del Paraná y como se ven afectadas la flora, fauna y habitantes de las islas con los incendios por Zoom abierto y en vivo por Canal de Youtube de Mesa Laudato Si´ Argentina. Pedir ID por privado

 

Jueves 1-10

Adoración Eucarística con el Movimiento Círculos de Juventud. Facebook Live JUNTA NACIONAL

 

Sábado 3-10

20:30 hs ESPACIO JOVEN: Somos el ahora de la Creación. Los jóvenes comparten propuestas concretas para una Conversión Ecológica Integral

 

Domingo 4-10

17 hs. Cierre del Tiempo de la Creación 2020. Junto a la Mesa Laudato Si´Agentina


Agendá esta semana y sigamos caminando y creciendo en el cuidado de nuestra casa común.  

 

Nos ponemos en presencia de Dios para comenzar la oración de hoy.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.


Lectura del Santo Evangelio según San Juan 1, 47-51

En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Éste es un verdadero israelita en el que no hay doblez”. Natanael le preguntó: “¿De dónde me conoces?” Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Natanael: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Jesús le contestó: “Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”. Después añadió: “Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.

 

Palabra del Señor

 

En la Fiesta de los Santos Arcángeles, la liturgia nos regala este precioso encuentro entre Natanael y Jesús, de donde podemos sacar dos notas bien importantes para nuestra meditación de hoy y para toda nuestra vida de fe.

Lo primero, reparemos en un hecho esencial, lo que Jesús celebra en Natanael es que sea un hombre sin doblez, un hombre transparente, un hombre sin cosas ocultas, sin doble vida, un hombre coherente, un hombre de una pieza. En ese sentido, en los ángeles celebramos también lo mismo, los ángeles son justamente creaturas que, delante de Dios, no tienen doblez, podríamos decir que delante de Dios son transparentes. Primera invitación, entonces, que nos hace la Lectura de hoy: ser como los ángeles delante de Dios, personas transparentes y ser como Natanael, delante de los hombres, personas sin doblez, personas de una pieza.

Lo segundo que podemos rescatar en el Evangelio de hoy es la promesa que Jesús regala a Natanael: “verás cosas más grandes todavía”. ¡Sí! Para quien se anime al encuentro, como lo hizo Natanael, para quien se abra a la Gracia, para quien se deje habitar por la presencia de Dios podrá estar seguro que verá cosas más grandes, que verá cosas nuevas, que verá el cielo abierto.

Jesús es el Hijo de Dios: por eso está perennemente vivo Él como está eternamente vivo su Padre. Esta es la novedad que la gracia enciende en el corazón de quien se abre al misterio de Jesús: la certeza no matemática, pero todavía más fuerte, interior, de haber encontrado la Fuente de Vida, la Vida misma hecha carne, visible y tangible en medio de nosotros. Una fe que san Pablo VI  expresaba con esta maravillosa oración: «Oh Cristo, nuestro único mediador, Tú nos eres necesario: para vivir en Comunión con Dios Padre; para convertirnos contigo, que eres Hijo único y Señor nuestro, sus hijos adoptivos; para ser regenerados en el Espíritu Santo» (Carta pastoral, 1955). (ÁNGELUS 29 de junio de 2018)