PARA MEDITAR Y VIVIR EN FAMILIA LA PASCUA!!!
Equipo
Pastoral
Jueves
23 de Abril
Evangelio
del día según San Juan (3, 31-36)
“El que viene de lo alto está
por encima de todos; pero el que viene de la tierra pertenece a la tierra y
habla de las cosas de la tierra. El que viene del cielo está por encima de
todos. Da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie acepta su
testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Aquel a
quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha concedido sin
medida su Espíritu.
El Padre ama a su Hijo y todo
lo ha puesto en sus manos. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el
que es rebelde al Hijo no verá la vida, porque la cólera divina perdura en
contra de él’’.
Palabra de Dios.
Reflexión del Papa
Francisco del Evangelio de hoy
Francisco
presidió la misa en la Casa Santa Marta este jueves de la segunda semana de
Pascua. En la introducción dirige sus pensamientos a las familias en
dificultades en esta época de pandemia:
En
muchas partes se siente uno de los efectos de esta pandemia: muchas familias
necesitadas, hambrientas y lamentablemente el grupo de usureros que no está
ayudando. Esta es otra pandemia. La pandemia social: familias de personas que
tienen un trabajo diario o, por desgracia, un trabajo no declarado que no
pueden trabajar y no tienen comida... con hijos. Y luego los usureros se llevan
lo poco que tienen. Oremos. Recemos por estas familias, por los muchos hijos de
estas familias, por la dignidad de estas familias, y recemos también por los
usureros: que el Señor toque sus corazones y los convierta.
En
su homilía, el Papa comentó el pasaje de los Hechos de los Apóstoles (Hechos 5,
27-33) en el que Pedro, ante los reproches y amenazas del sumo sacerdote que
quiere prohibirle enseñar al pueblo, responde que es necesario obedecer a Dios
antes que a los hombres y anuncia abiertamente ante todos, la resurrección de
Jesús, el Salvador, que los jefes religiosos querían dar muerte. La valentía de
Pedro, que era débil, llegando a negar al Señor - afirma Francisco - proviene
de la oración de Jesús por él. Jesús rezó para que su fe no fallara. Jesús reza
por Pedro. Y Jesús también reza por nosotros ante el Padre mostrando sus
heridas, el precio de nuestra salvación. Jesús es el intercesor: debemos tener
más fe en la oración de Jesús - concluye el Papa - que en nuestras oraciones.
La primera lectura continúa la historia que
comenzó con la curación del lisiado en la Hermosa Puerta del Templo. Los
apóstoles fueron llevados ante el sinedro, luego fueron enviados a prisión, y
un ángel los liberó. Y esa mañana, justo esa mañana, tenían que salir de la
prisión para ser juzgados, pero habían sido liberados por el ángel y predicaban
en el Templo. "En aquellos días, Entonces el comisario del templo con sus
alguaciles, condujeron los apóstoles y los presentaron en el Consejo";
fueron a buscarlos al Templo y los llevaron al Consejo. Y allí, el sumo
sacerdote les reprochó: "¿Os habíamos ordenado no enseñar mencionando ese
nombre? - es decir, en el nombre de Jesús - y vosotros habéis llenado Jerusalén
de vuestra doctrina y queréis hacernos responsables de la muerte de ese
hombre”, porque los apóstoles, Pedro, sobre todo, reprochaba; Pedro y Juan
reprocharon a los jefes, los sacerdotes, de haber matado a Jesús.
Y
entonces Pedro respondió junto con los apóstoles: "Hay que obedecer a Dios
antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, a
quien vosotros ejecutasteis colgándolo de un madero”. Y acusa, pero con una valentía, con una
franqueza, que uno se pregunta: "Pero, ¿es éste el Pedro que negó a Jesús?
¿Ese Pedro que tenía tanto miedo, ese Pedro que también era un cobarde? ¿Cómo
llegó aquí?" Y también termina diciendo: "De estos hechos, nosotros
somos testigos con el Espíritu Santo que Dios concede a los que creen en
él". ¿Cuál fue la manera de este Pedro para llegar a este punto, a este
valor, a esta franqueza, para exponerse? Porque podría llegar a compromisos y
decir a los sacerdotes: "Pero no te preocupes, iremos, hablaremos un poco más
bajo, nunca te acusaremos en público, pero nos dejas en paz...", y llegar
a compromisos.
¿Y
cómo llegó Pedro a este punto? Porque era un hombre entusiasta, un hombre que
amaba con fuerza, incluso un hombre temeroso, un hombre que estaba abierto a
Dios hasta el punto de que Dios le revela que Jesús es el Cristo, el Hijo de
Dios, pero poco después -inmediatamente- se dejó caer en la tentación de
decirle a Jesús: "No, Señor, por este camino no: vayamos por el
otro": la redención sin la Cruz. Y Jesús le dice: "Satanás". Un
Pedro que pasó de la tentación a la gracia, un Pedro que es capaz de
arrodillarse ante Jesús [y decir]: "Aléjate de mí, que soy un
pecador", y luego un Pedro que trata de alejarse sin ser visto y para no
terminar en la cárcel niega a Jesús. Es un Pedro inestable, pero porque fue muy
generoso y también muy débil. ¿Cuál es el secreto, qué fuerza tuvo Pedro para
llegar aquí? Hay un verso que nos ayudará a entender esto. Antes de la Pasión,
Jesús dijo a los apóstoles: "Satanás os ha reclamado para cribaros como
trigo". Es el momento de la tentación: "Seréis así, como el trigo. Y
a Pedro le dijo: "yo he rezado por ti para que no falle tu fe". Este es el secreto de Pedro: la oración de
Jesús. Jesús reza por Pedro, para que su fe no falle y pueda - dice Jesús -
confirmar a sus hermanos en la fe. Jesús reza por Pedro.
Y
lo que Jesús hizo con Pedro, lo hace con todos nosotros. Jesús reza por
nosotros; Él reza ante el Padre. Estamos acostumbrados a rezar a Jesús para que
nos dé esta gracia, esa otra gracia, para ayudarnos, pero no estamos
acostumbrados a contemplar a Jesús que hace ver las heridas al Padre, a Jesús,
el intercesor, a Jesús que reza por nosotros. Y Pedro pudo pasar de ser cobarde
a ser valiente con el don del Espíritu Santo gracias a la oración de Jesús.
Pensemos
un poco en eso. Dirijámonos a Jesús, agradeciendo que Él reza por nosotros. Por
cada uno de nosotros, Jesús reza. Jesús es el intercesor. Jesús quiso llevarse
las heridas para que el Padre pudiera verlas. Es el precio de nuestra
salvación. Debemos tener más confianza; más que en nuestras oraciones, en la
oración de Jesús. "Señor, reza por mí" - "Pero yo soy Dios,
puedo darte..." - "Sí, pero reza por mí, porque tú eres el
intercesor". Y este de es el secreto Pedro: "Pedro, rezaré por ti
para que tu fe no falle".
Actividad del Día
Hoy
vamos a rezarle a Jesús para que interceda por nosotros y por las personas que
queremos, vamos a sumarnos a la invitación de Francisco, para dar gracias por
esa intercesión.
Lo
vamos a realizar en familia, los invitamos a hacer una cruz en “origami” con
cualquier papel que tengan a disposición y luego, en esa cruz, vamos a escribir
o dibujar todo lo que le queremos pedir a Jesús para que interceda por
nosotros. Al finalizar, simplemente vamos a realizar una oración espontanea, es
decir, mencionar con nuestras palabras en voz alta por lo que queremos pedir y
desearlo con mucha fuerza.
A
continuación, dejamos un video para que puedan realizar la cruz.