"¿QUIÉN DICE LA GENTE QUE SOY YO?" Lc 9,18
Pastoral Educativa
Querida comunidad educativa:
Muy buenos días…
Nos
ponemos en presencia de Dios para comenzar la oración de hoy.
En el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Lectura del Santo Evangelio
según San Lucas 9, 18-22
Un día en que Jesús, acompañado de sus discípulos, había ido
a un lugar solitario para orar, les preguntó: “¿Quién dice la gente que soy
yo?” Ellos contestaron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que
Elías; y otros, que alguno de los antiguos profetas, que ha resucitado”.
Él les dijo: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Respondió
Pedro: “El Mesías de Dios”. Entonces Jesús les ordenó severamente que no lo
dijeran a nadie.
Después les dijo: “Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día”.
Palabra del Señor
Meditación del Papa
Francisco
En el Evangelio del
día retrata en la forma de testigo valiente a Pedro, el que a la pregunta de
Jesús a los apóstoles: «¿quién decís vosotros que soy yo?», afirma: «Tú eres el
Cristo»[…]. Esta primera pregunta: '¿quién soy yo para vosotros, para ti? - a Pedro,
solamente se entiende a lo largo de un camino, después de un largo camino, un
camino de gracia y de pecado, un camino de discípulo. Jesús, a Pedro y a sus
apósteles, no ha dicho '¡Conóceme!' ha dicho '¡sígueme!' Y este seguir a Jesús
nos hace conocer a Jesús. Seguir a Jesús con nuestras virtudes, también con
nuestros pecados, pero seguir siempre a Jesús. No es un estudio de cosas que es
necesario, sino una vida de discípulo.
Es necesario un
encuentro cotidiano con el Señor, todos los días, con nuestras victorias y
nuestras debilidades. Pero también es un camino que nosotros no podemos hacer
solos. Y para ello es necesaria la intervención del Espíritu Santo. Conocer a
Jesús es un don del Padre, es Él que nos hace conocer a Jesús; es un trabajo
del Espíritu Santo, que es un gran trabajador y trabaja en nosotros siempre.
Hace este trabajo de explicar el misterio de Jesús y de darnos este sentido de
Cristo. Miramos a Jesús, a Pedro, a los apóstoles y sentimos en nuestro corazón
esta pregunta: '¿quién soy yo para ti?' Y como discípulos pedimos al Padre que
nos dé el conocimiento de Cristo en el Espíritu Santo, que nos explique este
misterio. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 20 de febrero de 2014, en
Santa Marta).
Reflexión
¿Quién dicen los hombres que soy? Es una pregunta que aún hoy nos hace Cristo a
cada uno de los que profesamos el nombre de cristianos. Esa vez fue dirigida a
los apóstoles y causó el mismo impacto que si nos la dijera hoy Jesús a
nosotros. Ellos, que habían escuchado sus palabras, habían dejado todo por
seguirlo, nunca se habían cuestionado sobre quién era "realmente"
aquel Hombre que podía dominar la naturaleza y que curaba a los enfermos y
perdonaba los pecados.
Ante la primera pregunta muchos respondieron de inmediato: que Juan el Bautista,
que alguno de los profetas… Y vosotros, ¿quién decís que soy? Sólo ahora se
quedaron estupefactos. No se lo habían planteado jamás. ¿Cómo era posible que
no supieran quién era? Ocurre que muchos católicos tras años de bautizados, y
después de haber visto la acción de la gracia tan patente por los sacerdotes,
tampoco saben "realmente" quién es Él. Porque es una pregunta que se
responde de corazón a corazón. Cristo pregunta y lo hace porque desea que lo
conozcamos.
Sólo Pedro responderá justamente: Tú eres el Cristo. Porque se ha dejado llevar
de la inspiración del Espíritu, él que será la Piedra de la Iglesia. ¿Sabemos
quién es Cristo? Respondámosle sin miedo en la intimidad de la oración de
corazón a Corazón.