VIA CRUCIS

  Equipo Pastoral 

Vía Crucis - VIERNES SANTO

            Como cada año, celebrando el Viernes Santo… iniciamos nuestro “VÍA CRUCIS”. Es decir, vamos a meditar los momentos y sufrimientos vividos por Jesús desde que fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz y posterior resurrección. Literalmente, vía crucis significa "camino de la cruz". Al rezarlo, recordamos con amor y agradecimiento lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos del pecado durante su pasión y muerte.

En esta ocasión con una característica muy particular… Cada uno de nosotros lo hace desde su hogar, asumiendo con responsabilidad la necesidad de la “cuarentena”.

¿Cómo se reza el Vía Crucis?

Oraciones iniciales

Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. Oh buen Jesús, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a Ti, para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén.

Por la señal, de la Santa Cruz de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Primera estación: “JESÚS ES SENTENCIADO A MUERTE…”

“TE ADORAMOS, CRISTO, Y TE BENDECIMOS, PORQUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO

Sentenciado y no por un tribunal, sino por todos. Condenado por los mismos que le habían aclamado poco antes. Y Él calla...

A cada oración respondemos: “Señor ten piedad…”

* Y perdónanos por todas las condenas injustas de las cuales somos cómplices… Oremos:

*Y perdónanos por todas las veces que, defendiendo nuestros propios intereses no reconocemos el valor de las acciones en favor de los demás… Oremos:

Segunda estación: “JESÚS CARGADO CON LA CRUZ…”

“TE ADORAMOS, CRISTO, Y TE BENDECIMOS, PORQUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO”

 Condenado… Con la cruz a cuestas… Es indudable que quieren sacarte del medio, que no estés entre la gente “justa… buena…” Que debes ser excluido, despojándote de toda dignidad… Ya no recuerdan ni les importa el bien que hiciste… Dicen con sus acciones que no mereces estar entre ellos… A juzgar por lo que vemos, sólo eres uno más en la larga fila de condenados… ¿Es posible liberarte?

Qué difícil se te hace Señor, llegar a sus corazones y que te reconozcan como el que vino a salvarlos, a hacerles el bien…

Que yo comprenda, Señor, el valor de la cruz, de mis pequeñas cruces de cada día, de mis achaques, de mis dolencias, de mi soledad.

Dame convertir en ofrenda amorosa, en reparación por mi vida y en apostolado por mis hermanos, mi cruz de cada día.

A cada intención respondemos: “Señor, ayúdanos a hacer el bien…”

* Quitando la cruz de los miedos y prejuicios, asumiendo nuestra responsabilidad  como comunidad cristiana, para compartir el desafío de alcanzar un mundo mejor para todos… Oremos:

* Quitando la cruz de nuestras críticas y sospechas, aceptando de corazón, como comunidad, la ayuda que cada uno puede brindar para apostar a un mundo más justo y más humano… Oremos:

* Quitando la cruz de nuestra indiferencia y egoísmo que condenan a un: “sálvese quien pueda” en soledad y pobreza, para que, en comunidad, nos hagamos prójimos al buscar que los beneficios de la educación y los adelantos de la ciencia lleguen a toda la humanidad… Oremos:

Tercera estación: “JESÚS CARGADO CON LA CRUZ…”

“TE ADORAMOS, CRISTO, Y TE BENDECIMOS. PORQUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO”

Tú caes, Señor, para redimirme. Para ayudarme a levantarme en mis caídas diarias, cuando después de haberme propuesto ser fiel, vuelvo a reincidir en mis defectos cotidianos.

¡Ayúdame a levantarme siempre y a seguir mi camino hacia Ti!

Rezamos diciendo: “Levántanos Señor”

* Para que la fuerza de tu Palabra llegue a nuestro corazón y nos ayude, a partir de reconocernos pecadores, para ser protagonistas del cambio que deseamos… Oremos:

* Para que la fuerza de tu Palabra, Señor, llegue a nuestro corazón y nos lleve a reconciliarnos con Dios y con los hermanos… Con las cosas y con nosotros mismos… buscando trabajar juntos por un mundo mejor que incluya a todos… Oremos:

* Para que la fuerza de tu Palabra llegue a nuestro corazón, nos comunique la alegría de vivir y nos reafirme en sentirnos responsables los unos de los otros… Oremos:

Cuarta estación: “TU MADRE SALE A TU ENCUENTRO”

“TE ADORAMOS, CRISTO, Y TE BENDECIMOS, PORQUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO”

En tu caminar Jesús, experimentaste lo que es capaz de hacer una madre por su hijo. Tu mamá fue guardando en su corazón todo lo que sucedía. Lo hizo para poder entender y seguir descubriendo, en las señales que dabas, que realmente eres El Mesías. Y supo dejarte en libertad para que cumplas tu misión. Aunque esto le trajera problemas y sufrimientos. Vos mismo les habías dicho: ¿Por qué me buscan si yo tengo que ocuparme de las cosas de mi Padre…? En tu camino de Cruz, te sigue… te muestra su cariño y su apoyo.

Virgen Madre, nos emociona en nuestro caminar, recordar las palabras que dirigiste a  Juan Diego: “Por qué te afliges… ¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?

Haz Señor, que me encuentre al lado de tu Madre en todos los momentos de mi vida. Con ella, apoyándome en su cariño maternal, tengo la seguridad de llegar a Ti en el último día de mi existencia.

¡Ayúdame Madre!

Te invocamos Madre nuestra diciendo: “María camina nuestro lado”

*Para que, como comunidad, hagamos con entusiasmo, responsabilidad y alegría, lo que Jesús nos pida y logremos modificar las estructuras que originan diferencia y exclusión… Oremos:

*Para que, como comunidad, hagamos lo que Jesús nos pida, encontrando en las actuales circunstancias, las maneras más eficaces de ser prójimos… Oremos:

*Para que, como comunidad, confiemos en tu protección de Madre amorosa, y seamos capaces de comprometemos a vivir el estilo de vida que Tu Hijo nos propone, para hacer realidad su Reino… Oremos:

Quinta estación: “EL CIRINEO AYUDA AL SEÑOR A LLEVAR LA CRUZ…”

“TE ADORAMOS, CRISTO, Y TE BENDECIMOS, PORQUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO”

Temieron que pudieras morirte antes de llegar al lugar de tu crucifixión… Buscan alguien para que te ayude a llevar la cruz…

Hay algo, Señor, que es misión mía y de todos: la de ser Cirineo de los demás, la de ayudar a todos.

¿Cómo llevo adelante la realización de mi misión de Cirineo?

Respondemos a cada oración: “Ayúdanos a reconocernos prójimos los unos de los otros”

*Aprendiendo de Ti a comprometernos con sinceridad, y por amor, aliviar la cruz de sufrimiento de los que pones a nuestro lado, para que los asistamos en su dolor… Oremos:

*Aprendiendo de Ti a comprometernos con sinceridad, y por amor, aliviar la cruz de la injusticia, contagiando la esperanza de una vida mejor a los que la padecen… Oremos:

*Aprendiendo de Ti a comprometernos con sinceridad, y por amor, aliviar la cruz de la indiferencia y la exclusión que sufren tantos, encontrándonos con ellos desde nuestra ternura, dedicación y compromiso eficaz… Oremos:

Sexta estación: “LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS…”

“TE ADORAMOS, CRISTO, Y TE BENDECIMOS, PORQUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO”

Es la mujer valiente, decidida, que se acerca a Ti cuando todos te abandonan. Ella salió… Miro tu rostro… Te reconoció inocente y fue más allá… Tuvo un gesto de compasión… Hizo lo único que podía hacer, desde su debilidad e impotencia, frente a los que te condenaban con sus gritos: ENJUGAR TU ROSTRO…

Hoy más que nunca hacen falta muchas personas que sean capaces de ponerse al servicio, solidarios en esta crisis…También cumpliendo las recomendaciones  que son buenas para cuidar a los otros y a nosotros.

Desde cada hogar, continuamos nuestra marcha… En silencio…

Continuamos marchando y… Pedimos perdón… Lo necesitamos… Por tantas veces que en nuestro diario vivir “te negamos Señor”… No sólo con nuestras palabras… También, y más a menudo, con nuestras maneras de proceder en el diario vivir: En la familia… En el modo de relacionarnos con los vecinos… En nuestro proceder como ciudadanos… En el lugar donde trabajamos… En nuestras maneras de divertirnos o de emprender nuestros negocios…

Perdónanos señor… Perdónanos señor… Perdónanos… SÍ, te conocemos…

Séptima estación: “SEGUNDA CAÍDA EN EL CAMINO DE LA CRUZ…”

“TE ADORAMOS, CRISTO, Y TE BENDECIMOS, PORQUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.”

Jesús… Te sientes lleno de valor… Asumes tu misión… Caminas delante de todos para ir a Jerusalén donde te espera el suplicio. Tratas de convencer a los tuyos que no pueden esperar el éxito…

A cada intención respondemos: “Señor, camina con nosotros…”

*Para que seamos capaces, sin cobardías ni disimulos, de enfrentarnos al qué dirán y nos reconozcamos cristianos viviendo, como Vos, los valores del Reino… Oremos:

*Para que seamos capaces, sin temor de “nadar contra la corriente”, viviendo como Vos, nuestro compromiso cristiano en una sociedad que nos necesita solidarios… Oremos:

*Para que seamos capaces, alegres y con esperanza, de tener la certeza, como Vos, de que siempre a una oscura noche… sigue un luminoso y nuevo amanecer… Oremos:

Octava estación: “JESÚS CONSUELA A LAS HIJAS DE JERUSALÉN”

“TE ADORAMOS, CRISTO, Y TE BENDECIMOS, PORQUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO”.

Los que participamos en este modo de caminar tras de Ti, te reconocemos como nuestro Salvador… El que en las buenas y en las malas está dispuesto a salir a nuestro encuentro… Para poner en nuestra vida la posibilidad de amar, de reconocernos prójimos los unos de los otros… Para experimentar que el dolor, el sufrimiento y la muerte no es lo definitivo en nuestra vida… Te hemos escuchado decir: “Yo soy la Resurrección y la Vida”… “He venido para que tengan Vida y Vida en abundancia…”

Rezamos diciendo: “Padre, te bendecimos…”

 *Porque en tu Hijo Jesús, manifiestas que nos aceptas, no por lo que somos o tenemos, sino sólo por tu amor incondicional… Oramos:

*Porque en tu Hijo Jesús, nos pides que seamos constructores del mundo definitivo, donde ya no habrá dolor, ni lágrimas, ni muerte… Oramos:

*Porque en tu Hijo Jesús, nos llamas a dar testimonio del amor y el compromiso solidario, como propuesta de la Vida Nueva que se inicia por tu Pascua… Oramos:

Novena estación: “JESÚS CAE POR TERCERA VEZ…”

“TE ADORAMOS, CRISTO, Y TE BENDECIMOS, PORQUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO”

Tercera caída. Más cerca de la Cruz. Más agotado, más falto de fuerzas. Caes desfallecido, Señor.

Ciertamente pudiste comprobar, Señor, que son pocos los que estuvieron a tu lado en tu momento de derrota y condena de Cruz...

Queremos decirte, Jesús, que fuimos aprendiendo: nuestras caídas no son definitivas… Porque siempre tus manos nos levantan… “Porque eres paciente de corazón y en Vos nuestras almas encuentran alivio”…

Miremos a Jesús, nuestro Salvador… Él no tenía que pagar ninguna culpa… Acepta la Voluntad del Padre… Nos invita a orar sin desanimarnos para vencer la tentación…

Respondemos a cada oración: “Señor, quédate a nuestro lado…”

 *Para vencer la tentación y vivir la Esperanza, experimentando que en el sufrimiento, el fracaso y la muerte, la vida, por tu Pascua, sigue teniendo sentido… Oramos:

 *Para vencer la tentación y vivir la Fe, con entusiasmo y persistencia, porque arraigó con fuerza en nuestro corazón tu Palabra, como luz para nuestra vida… Oramos:

 *Para vencer la tentación y vivir el Amor, como posibilidad de asumir, aceptar, confiar que desde Dios, como en tu Pascua, lo mejor todavía está por llegar… Oramos:

Décima estación: “JESÚS DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS…”

“TE ADORAMOS, CRISTO, Y TE BENDECIMOS, PORQUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO”

Arrancan tus vestiduras, adheridas a Ti por la sangre de tus heridas.

En tu caminar de Cruz, Señor, te dejas despojar de tu ropa… Un despojo más de los tantos que fuiste aceptando a lo largo de tu vida entre nosotros… Un anticipo de este despojo, fue no tener un sitio digno donde nacer. Para María y José, para tu llegada… no hubo lugar en la posada… Naciste en las afueras, en un pesebre… Situación ésta, que te permite identificarte con los pobres y desposeídos.

Nosotros, hoy ¿seremos capaces de vivir como vos esa experiencia de despojo? En un mundo en que la regla es: “tanto tenés, tanto vales”, se nos hace difícil despojarnos… No sólo de los bienes, del buen pasar económico, del poco o mucho poder que tenemos… De esto podemos abundar en gestos o actitudes, no sólo los de esta cuarentena, sino también los de una religiosidad que fue llevándonos a acuñar un dios a nuestra medida, según nuestros pareceres y necesidades…

Jesús nos da ejemplo… Se identificó con los más humildes y sufridos… Es este el criterio de una vida realmente evangélica…

Respondemos rezando: “Señor, enséñanos a despojarnos”

*De nuestra autosuficiencia y vanidad, que nos alejan como comunidad, de un diálogo sincero con aquellos con quienes debemos compartir… Oramos:

*De nuestro individualismo e indiferencia, que nos impiden como comunidad, encontrarnos solidariamente con aquellos que debemos reconocer como prójimos… Oremos:

*De nuestra intolerancia y fanatismo religioso, que nos impiden como comunidad, vivir con libertad y confianza la Fe, como posibilidad de encuentro en el amor a Dios y a los otros, cualquiera sea su condición… Oramos:

Décima primera estación: “JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ…”

“TE ADORAMOS, CRISTO, Y TE BENDECIMOS PORQUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO”

A pesar de que Jesús nunca buscó la muerte, desde el comienzo la había aceptado… Su ofrecimiento sin reserva sería, dentro de la humanidad, la semilla del amor perfecto… Entregó su vida en el momento que quiso, para reconciliarnos con Dios y entre nosotros…

Oramos  diciendo: “Jesús, como Vos queremos asumir…”

*Nuestra vida, con sus luces y sombras, confiando que, desde Dios, todo tiene sentido… Oramos:

*Las situaciones que ponen en crisis nuestra manera de relacionarnos, para vivir con mayor conciencia lo que nos toca enfrentar… Oramos:

*Las ocasiones, como esta que nos regalas, que nos permiten crecer como seres humanos: en el amor, la solidaridad y el compromiso consciente… Oramos:

Décima segunda estación: “JESÚS MUERE EN LA CRUZ…”

“TE ADORAMOS, CRISTO, Y TE BENDECIMOS, PORQUE POR TU SANTA CRUZ, REDIMISTE AL MUNDO”

Te adoro, mi Señor, muerto en la Cruz por Salvarme. Te adoro y beso tus llagas, las heridas de los clavos, la lanzada del costado... ¡Gracias, Señor, gracias!

Has muerto por salvarme, por salvarnos. Dame responder a tu amor con amor, cumplir tu Voluntad, trabajar por mi salvación, ayudado de tu gracia.

TE MUERES JESÚS… ¿Que diversidad de reacciones provocó tu muerte? Estuvieron los que se fueron satisfechos porque, una vez más, se hizo justicia. Fue el parecer de los funcionarios romanos y las autoridades religiosas judías…  Estuvieron, también, los que fueron al “espectáculo de la crucifixión” y quizás se hicieron ilusiones de un final espectacular, diferente… Se fueron decepcionados. Los que aprovecharon la oportunidad y se repartieron tus vestiduras… También estuvieron los cercanos a tu corazón: María y un grupo de mujeres… Juan, tu discípulo amado… Transidos de dolor están al pie de la cruz. Sin  embargo creen… Esperan de parte de Dios que cumpla su promesa… Y, para el asombro, la declaración del centurión: “Verdaderamente, este Hombre era un justo…”

La Resurrección… La Vida Nueva, es primero espiritual… Y empieza desde ya, cuando por la Fe salimos de nuestra manera de vivir, para abrirnos a la Vida de Dios…

Respondemos: “Padre, en tus manos ponemos nuestra vida…”

* Y, como Jesús, decidimos vivir en serio, con fe y Esperanza haciendo tu voluntad… Oramos:

* Y, como Jesús, vivimos sin temor, porque Tú nos amas… Oramos:

* Y, como Jesús, lo hacemos para ser servidores de los que nos necesitan… Oramos:

Décimo tercera estación: “JESÚS EN BRAZOS DE SU MADRE…”

“TE ADORAMOS, CRISTO, Y TE BENDECIMOS, PORQUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO”

Y quedó Tu cuerpo colgado en la cruz…

Las sombras de la tarde concitaron la compasión de José de Arimatea, un hombre justo que se arriesga y pide a Pilato que le permita bajar tu cuerpo… Y junto a Nicodemo, aquel judío que fue alguna vez a verte de noche, por temor a que lo vieran, se hacen cargo de tu cuerpo y lo preparan para la sepultura…

Jesús muere entre dos ladrones… Y son dos fariseos lo que se “hacen cargo” de sepultar dignamente. Sin perdernos en consideraciones y palabras, contemplemos el amor de Jesús y dejemos que nos transforme, haciéndonos semejantes a Él…

Déjame estar a tu lado, Madre, especialmente en estos momentos de tu dolor incomparable. Déjame estar a tu lado. Más te pido: que hoy y siempre me tengas cerca de Ti y te compadezcas de mí.

¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía!

 Rezamos respondiendo: “Padre, queremos hacernos cargo…”

* Y pedir perdón, como comunidad, por todos aquellos que sufren y mueren por nuestra indiferencia o desidia en cambiar las estructuras injustas… Oremos:

* Y pedir perdón, como comunidad, por todos aquellos que sufren y mueren por nuestra falta de compromiso en construir una sociedad más “habitable” para todos… Oremos:

* Y pedir perdón, como comunidad, por todos los que sufren y mueren ante nuestros silencios, que nos muestran incapaces de ser la voz de sus demandas… Oremos:

Décimo cuarta estación: “EL CADÁVER DE JESÚS PUESTO EN EL SEPULCRO…”

“TE ADORAMOS, CRISTO, Y TE BENDECIMOS, PORQUE POR TU SANTA CRUZ  REDIMISTE AL MUNDO”

 Con cuánto dolor llegaron las mujeres a la tumba…Y qué profunda la alegría con que se van anunciando que: “No hay que buscar entre los muertos al que ya vive”… Señor, fuiste grano de trigo y dejaste que la tierra tapará tus sueños y tus posibilidades. Pero con gran asombro para nosotros, desde allí surgirá sin límites la VIDA… Nuestra Vida… Quizás por eso, desde la Fe y la  Esperanza renovada, experimentamos que tu entrega nos lleva a una mañana de Pascua en que nuestra historia y la de todo el universo, ha cambiado rotunda y profundamente.

¿Será cercano al alivio que sintamos al final de la cuarentena? ¿Producirá en nosotros y en la humanidad  toda, realmente, un cambio para alcanzar  una vida acorde a la propuesta de tu Pascua?  ¿Seremos realmente criaturas nuevas? ¿Seremos capaces de dar todos los abrazos que superen nuestros miedos? ¿Estarán por fin nuestras manos tendidas… abiertas… capaces de estrechar las de aquellos que nos buscan desde su soledad y su desesperanza…? ¿Desde sus búsquedas de Dios… Desde sus pedidos y ofrecimientos de perdón?… Manos que expresen la solidaridad, la comprensión, la alegría de vivir y  de encontrarnos decididamente desde el amor, junto a la tumba vacía… Recordando con cariño tus Palabras…

Que tu Pascua sea una realidad en nuestras familias, en nuestros barrios, en nuestra Patria, y el mundo entero camine hacia la unidad.