"¿PORQUÉ NO INTERPRETAN ENTONCES LOS SIGNOS DEL TIEMPO PRESENTE? Lc 12,57
Pastoral Educativa
Querida comunidad educativa:
¡Muy buenos días! Esperamos que se encuentren muy bien…
Nos ponemos en presencia de Dios para comenzar la oración de hoy.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Lectura del Santo Evangelio
según San Lucas 12, 54-59
En aquel
tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Cuando ustedes ven que una nube se va
levantando por el poniente, enseguida dicen que va a llover, y en efecto,
llueve. Cuando el viento sopla del sur, dicen que hará calor, y así sucede.
¡Hipócritas! Si saben interpretar el aspecto que tienen el cielo y la tierra,
¿por qué no interpretan entonces los signos del tiempo presente? ¿Por qué,
pues, no juzgan por ustedes mismos lo que les conviene hacer ahora?
Cuando
vayas con tu adversario a presentarte ante la autoridad, haz todo lo posible
por llegar a un acuerdo con él en el camino, para que no te lleve ante el juez,
el juez te entregue a la policía, y la policía te meta en la cárcel. Yo te
aseguro que no saldrás de ahí hasta que pagues el último centavo’’.
Palabra del Señor
En
el Evangelio de hoy Jesús nos invita a poner en práctica el buen
discernimiento, es decir, la capacidad de poder comprender, juzgar y contemplar
todos esos acontecimientos que nos van sucediendo en la vida y que tienen que
ver con el paso de Dios entre nosotros y su acción salvadora.
Capacidad de discernimiento, es
lo que le queremos pedir al Señor, que derrame en el corazón de todos y de cada
uno de nosotros en este día.
Capacidad de distinguir, lo que
viene de Él, de lo que no viene de Él. En lo más profundo del corazón,
esta distinción la hacemos por los sentimientos que se despiertan en nosotros,
cuando es alegría, serenidad, paz, gozo.
Cuando sentimos que una fuerza
interior nos impulsa por encima de las dificultades hacia adelante, es el mismo
Dios que en el acontecer cotidiano, nos invita a ir hasta donde Él nos convoca
en lo de todos los días.
Cuando es la tristeza, la
angustia, la desesperación, la desolación, la violencia, la falta de paz, es la
fuerza del mal, que opera sobre las partes más frágiles de nuestra naturaleza y
nos impide estar en comunión con Dios y con los hermanos.
Discernimos para elegir y
elegimos el querer de Dios, que siempre es espíritu de comunión y espíritu de
fraternidad.
En el cotidiano acontecer, de
lo que nos ocurre, hay muchas fuerzas que apuntan a la división, al
enfrentamiento y al agrietamiento en las relaciones entre nosotros.
Saber tirar puentes sobre esos
lugares, saber apartarnos de aquellos lugares agrietados que buscan hundirnos
en el sin sentir y considera a los otros, más que como hermanos, como enemigos.
Es
necesario preguntarnos con sinceridad si somos capaces de descubrir lo que Dios
quiere decirnos en todas estas cosas, para que de esta manera podamos
encontrarnos con su voluntad y hallar el verdadero camino hacia un proyecto de
vida donde se palpe la presencia del Reino y su perfecta justicia.
Jesús
se hace presente en nuestra propia historia para invitarnos a la conversión a través
de una gran cantidad de signos. es importante clamar la presencia de su mismo
Espíritu para que nos conceda este don maravilloso que es el de la Sabiduría;
ese don nos ayudará a discernir, es decir, a separar lo justo de lo injusto, lo
bueno de lo malo.
Te
invito entonces a que en tus oraciones personales clames a Dios para que te
conceda el don del buen discernimiento, estoy seguro que Él te iluminará para
que puedas elegir todo aquello que es de su agrado.
Que el Señor nos de gracia de
discernimiento, para construir en el espíritu de la comunión y hacer de nuestra
convivencia familiar-eclesial, una casa y una escuela de comunión.
Amén.