NOVENA AL ESPÍRITU SANTO - 26 DE MAYO DE 2020
Equipo
Pastoral
26 de mayo
Nos preparamos para la venida del
Espíritu Santo:
El domingo 31 de mayo la Iglesia celebra
la fiesta de Pentecostés. La Venida del Espíritu Santo. Es decir 50 días
después de Pascua, habiendo subido Jesús al cielo, desciende el Espíritu Santo
sobre María y los Apóstoles. Se presenta en forma de viento y lenguas de fuego
y los hace hablar en distintas lenguas. Pero sobre todo para dar Testimonio del
Resucitado.
Es por
esto que queremos prepararnos especialmente durante esta semana para que el
Espíritu llegue a cada uno de nuestros hogares…
Queremos
prepararnos al mejor regalo que Jesús tiene para darnos: El ESPIRITU SANTO.
Este año queremos vivenciar los frutos del
Espíritu. «Más
el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad
y confianza, mansedumbre y temperancia » Gálatas 5,
22-23
Por esto cada día iremos reflexionado sobre
algún fruto del Espíritu en preparación a la Venida del Espíritu Santo.
Estos frutos son regalos de Dios, no son
algo propio sino que es algo que el mismo Espíritu Santo forma en nosotros. Y
para que pueda formar estos frutos es necesario dejarlo entrar en nuestra vida.
Dios, en su generosidad, nos regala estos frutos que se
irán acrecentando y madurando en la misma medida en que estrechamos nuestra
relación con Él.
En el día de hoy vamos a profundizar en el FRUTO DEL AMOR y
el FRUTO DE LA ALEGRÌA.
El fruto del AMOR es el
primero de los frutos del Espíritu Santo, fundamento y raíz de todos los demás.
«Sin amor nada soy
Señor». Efectivamente sin amor nada somos, porque el amor viene
de Dios mismo y sin Dios, nada somos.
Este amor fruto del Espíritu Santo refleja
el amor del Padre y del Hijo, un amor inmenso, incondicional y personal.
Donde falta este amor no puede encontrarse
ninguna acción sobrenatural, ningún mérito para la vida eterna, ninguna
verdadera y completa felicidad.
El fruto
de la ALEGRÍA es el gozo que experimentamos, fruto de tener a Dios en
nuestras vidas. Es ese contento de sabernos suyos y de estar cerca de
Dios. Esa alegría que
no nos abandona ni
en las situaciones más extremas, porque Dios vive en nosotros, porque no
estamos solos, porque se quedó con nosotros todos los días hasta el fin de los
tiempos. Es el fruto que emana
naturalmente del amor. Esta alegría no
se apaga en medio de los problemas; todo lo contrario, crece y se robustece en
medio de ellos pues se hace más necesaria que nunca. Cuando se está en comunión
con Dios amor, la persona es feliz; y busca también hacer felices a los demás.
Es alegría desbordada.
Le pidamos a Dios que esta
semana podamos preparar nuestro corazón en familia para recibir al Espiritu
Santo, también para que derrame sus frutos sobre cada uno de nosotros.
Les compartimos la
Palabra de Dios de hoy para que su Palabra siga renovando nuestro corazón…
Lectura del Santo
Evangelio según San Juan
(17,1-11a):
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al
cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo
te glorifique y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna
a los que le confiaste. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único
Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado sobre la
tierra, he coronado la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame
cerca de ti, con la gloria que yo tenía cerca de ti, antes que el mundo
existiese. He manifestado tu nombre a los hombres que me diste de en medio del
mundo. Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. Ahora
han conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he
comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han
conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado.
Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por éstos que tú me diste, y
son tuyos. Sí, todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido
glorificado. Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo,
mientras yo voy a ti.»
Palabra del Señor