" VERÁN VENIR AL HIJO DEL HOMBRE" Lc 21, 27

    Pastoral Educativa                           


Querida comunidad educativa:

¡Muy buenos días! Los invitamos a ponernos en presencia de Dios un día más para comenzar con la oración de hoy.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

 

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 21,20-28

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen de ella; los que estén en el campo, que no vuelvan a la ciudad; porque esos días serán de castigo para que se cumpla todo lo que está escrito.

¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que estén criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre el país y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios les ha señalado.

Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación’’.

Palabra del Señor

En el Evangelio Jesús nos describe cómo será el momento final de Jerusalén. Describe cómo será el suceso y como se sufrirá. Describe también algunas acciones que habría que tener para no participar del sufrimiento. Y después nos dice que después todo el sufrimiento llegara él con gloria, y que ahí levantemos la cabeza porque nos llegará la liberación.

 

Este pasaje del Evangelio nos ayuda a pensar y a estar prevenidos para cuando llegue el fin de los tiempos. Tenemos que estar bien preparados para cuando llegue ese momento. Pero más allá de todo el caos y sufrimiento que se describe, detrás de todo eso viene Jesús. Si detrás de todos los sucesos finales viene el encuentro con Jesús. Jesús que vendrá a rescatarnos. Jesús que vendrá a liberarnos. Jesús que vendrá a salvarnos. Sí, vendrá Jesús y se encontrará con cada uno. Y como nos decía el Papa Francisco ¿Te imaginas el encuentro con el Señor? ¿Qué le dirías? Yo pregunto también ¿Qué es lo que harías en ese momento?

 

Así que más allá de las descripciones que se hacen sobre el momento final de los tiempos, detrás de todo está el encuentro con Jesús. En vez de causarnos temor o miedo la lectura del Evangelio de hoy tiene que darnos muchas esperanzas. El Evangelio nos ayuda estar entonces prevenidos y preparados para el momento final.

 

Por eso veo muy necesario recordar las preguntas que el Papa Francisco nos hizo para ayudarnos a estar preparados y madurar más sobre lo que estamos haciendo cada uno. ¿Cómo será mi final? ¿Cómo me gustaría que me encontrase el Señor cuando me llame? ¿qué cosas debería corregir que no está bien? ¿cuáles debería escoger y llevar adelante porque son buenas?

 

“Cobrad ánimo y levantad la cabeza, porque vuestra liberación está cerca” (v. 28), es la admonición del evangelio de Lucas. Se trata de levantarse y rezar, dirigiendo nuestros pensamientos y nuestro corazón a Jesús que está por llegar. Uno se levanta cuando se espera algo o a alguien. Nosotros esperamos a Jesús, queremos esperarle en oración, que está estrechamente vinculada con la vigilancia. Rezar, esperar a Jesús, abrirse a los demás, estar despiertos, no encerrados en nosotros mismos. [...] Por eso necesitamos la Palabra de Dios que, a través del profeta, nos anuncia: “Mirad que días vienen en que confirmaré la buena palabra que dije a la casa de Israel y a la casa de Judá. […] Haré brotar para David un Germen justo y practicará el derecho y la justicia en la tierra” (Jer 33, 14-15) Y ese germen justo es Jesús que viene y que nosotros esperamos. ÁNGELUS, 2 de diciembre de 2018.