NOVENA AL ESPÍRITU SANTO - 29 DE MAYO DE 2020

   Equipo Pastoral 


29 de mayo

 

Nos preparamos para la venida del Espíritu Santo:

 

Querida comunidad Educativa: como ya les venimos comentando el domingo 31 de mayo la Iglesia celebra la fiesta de Pentecostés. La Venida del Espíritu Santo.

Nos seguimos preparando para ese momento tan especial.

Este año queremos vivenciar los frutos del Espíritu. «Más el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia » Gálatas 5, 22-23

En este día reflexionaremos sobre el fruto de la confianza, la mansedumbre y la temperancia.

 

El fruto de la Confianza


Es ese permanecer constante al lado del amado. Buscamos cumplir nuestras promesas imitando al mismo Dios que cumple sus promesas con nosotros. Mediante la fidelidad comunicamos seguridad y permanencia, nuestras relaciones personales se afianzan y permanecen, nuestro amor se hace perdurable.

 

El fruto de la Mansedumbre


 

Este fruto hoy en día es poco valorado. La mansedumbre se opone a la ira y al rencor, nos empuja a tratar siempre con bondad y ternura a los demás. Nos hace tratar con dulzura, en las palabras y en las acciones, la prepotencia de otros. En tiempos como en los que estamos viviendo, estamos invitados a practicar la mansedumbre, siendo muchas veces atacados por otras religiones e ideologías, estamos invitados al dialogo, a la comprensión, a entender la diversidad y respetar.

 

El Fruto de la Temperancia

 

 

Es ese fruto mediante el cual conquistamos la propia vida, nos hacemos dueños y señores de nuestra existencia, modulando nuestros sentimientos, nuestros apetitos, debilidades, y optando siempre por el bien, incluso forzándonos a hacerlo.

 

Le pidamos a Dios que esta semana podamos preparar nuestro corazón en familia para recibir al Espíritu Santo, también para que derrame sus frutos sobre cada uno de nosotros.


Les compartimos la Palabra de Dios de hoy para dejar que nuestro padre nos siga hablando allí…

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 21,15-19:

 

En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?” Él le contestó: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”.

 

Por segunda vez le preguntó: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” Él le respondió: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Pastorea mis ovejas”.

 

Por tercera vez le preguntó: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?” Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: “Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”.

 

Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras”. Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: “Sígueme’’.

 


Palabra del Señor