"ESTÉN LISTOS" Lc, 12, 35

    Pastoral Educativa                           

Querida comunidad educativa:

 

Nos ponemos en presencia de Dios para comenzar la oración de hoy.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.


Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 12, 35-38:


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos”.

Palabra del Señor

 

Reflexión del Evangelio de San Lucas


¿Se salvan todos? ¿No será mejor vivir bien la vida y arrepentirse al final? Estos y otros interrogantes aparecen con frecuencia entre los jóvenes. Algunos piensan que Dios, como es Padre misericordioso, hará la vista gorda el día del Juicio y nos meterá a todos en el cielo. Otros dicen que, como lo importante es el último momento, basta con una buena confesión justo antes de la muerte. Estos han leído muy bien la historia del "buen ladrón" crucificado junto a Cristo.

 

Los más viejos del lugar ya no saben qué decir. Las cosas van tan deprisa que lo que antes era verdad ahora parece que ha cambiado. Eso de la "salvación de las almas" ya no les dice mucho.

 

¿Y nosotros qué pensamos?

 

La salvación no es cosa de un día. Requiere estar siempre en actitud vigilante. Puede ayudarnos el hacer un examen de conciencia al final del día. De hecho, quienes se examinan con frecuencia sobre el estado de su alma, difícilmente sucumben. Al examinarnos, estamos tomando la "temperatura" de nuestra alma y descubrimos si está fría o caliente. Sabemos si vamos por buen camino o hay algo que corregir. Nos damos cuenta si estamos o no preparados para abrir la puerta "al señor que vuelve de la boda".

 

Por eso, no hay que arriesgarlo todo para el último momento, porque es posible que nos sorprenda cuando menos lo esperemos. Es más prudente seguir el consejo que Jesús nos dio: "El que persevere hasta el final, ése se salvará".


Meditación del Papa Francisco


El evangelista Lucas nos muestra Jesús que está caminando con sus discípulos hacia Jerusalén, hacia su Pascua de muerte y resurrección, y en este camino les educa confiándoles lo que Él mismo lleva en el corazón, las actitudes profundas de su alma.

 

Entre estas actitudes están el desapego de los bienes terrenos, la confianza en la providencia del Padre y, también, la vigilancia interior, la espera activa del Reino de Dios. Para Jesús es la espera de la vuelta a la casa del Padre. Para nosotros es la espera de Cristo mismo, que vendrá a buscarnos para llevarnos a la fiesta sin fin, como ya ha hecho con su Madre María Santísima, que la ha llevado al Cielo con Él.

 

Este Evangelio quiere decirnos que el cristiano es uno que lleva dentro de sí un deseo grande, un deseo profundo: el de encontrarse con su Señor junto a los hermanos, a los compañeros de camino. Y todo esto que Jesús nos dice, se resume en un famoso dicho de Jesús: "Dónde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón". El corazón que desea, todos nosotros tenemos un deseo. La pobre gente que no tiene deseos, deseo de ir hacia adelante, hacia el horizonte. Para nosotros cristianos este horizonte es el encuentro con Jesús, el encuentro precisamente con Él, que es nuestra vida, nuestra alegría, lo que nos hace felices. (Homilía de S.S. Francisco, 11 de agosto de 2013).

Amén