PARA MEDITAR Y VIVIR EN FAMILIA LA PASCUA!!!
Equipo
Pastoral
Miércoles
6 de Mayo
Evangelio
del día según San Juan (12, 44-50)
En aquel tiempo, exclamó Jesús con fuerte voz:
“El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; el que me
ve a mí, ve a aquel que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, para que
todo el que crea en mí no siga en tinieblas.
Si alguno oye mis palabras y no las pone en
práctica, yo no lo voy a condenar; porque no he venido al mundo para condenar
al mundo, sino para salvarlo.
El que me rechaza y no acepta mis palabras,
tiene ya quien lo condene: las palabras que yo he hablado lo condenarán en el
último día. Porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que mi Padre, que me
envió, me ha mandado lo que tengo que decir y hablar. Y yo sé que su
mandamiento es vida eterna. Así, pues, lo que hablo, lo digo como el Padre me
lo ha dicho’’.
Palabra de Dios.
Reflexión del Papa
Francisco del Evangelio de hoy
En
la Misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa Santa Marta, este miércoles
de la IV Semana de Pascua, el Papa Francisco pidió por todos aquellos que
trabajan en los medios de comunicación:
“Oremos
hoy por los hombres y mujeres que trabajan en los medios de comunicación. En
este tiempo de pandemia arriesgan mucho y el trabajo es mucho. Que el Señor los
ayude en este trabajo de transmitir, siempre, la verdad”.
En
su homilía, el Papa Francisco comentando el Evangelio del día (Jn 12, 44-50),
recuerda que Jesús se presenta como la luz, la luz que ha venido al mundo y no
ha venido a condenar, sino a salvarlo. De aquí deriva la misión de Jesús que es
iluminar: Él es la luz del mundo. La misión de los apóstoles también es llevar
esta luz, la luz de Jesús, porque el mundo está en la oscuridad. El drama de la
luz de Jesús, señaló el Papa, es que fue rechazado: su pueblo no lo acogió,
amaron más las tinieblas que la luz, son esclavos de las tinieblas. Y este
también es nuestro drama, porque el pecado nos hace vivir en la oscuridad y no
nos gusta ver la luz porque nos hace ver las cosas como son, nos hace ver la
verdad. Precisamente la luz de Jesús nos hace ver la libertad, y la verdad.
San
Pablo tuvo esta experiencia del paso de la oscuridad a la luz. Con el bautismo
Pablo recuperó la luz: "Tuvo esta experiencia del paso de las tinieblas,
en la que estaba, a la luz. También es nuestro pasaje, que lo recibimos
sacramentalmente en el bautismo: por eso el bautismo fue llamado, en los
primeros siglos, ‘iluminación’, porque te daba luz" y por eso en el
bautismo se da una vela encendida a los padres porque el niño, la niña, es
iluminado: "Jesús trae la luz".
Esta
experiencia es la experiencia de la conversión, que no es otra cosa que pasar
de la oscuridad a la luz. Pero, el Papa se pregunta: ¿Qué es lo que nos ciega?
Lo que nos enceguece, afirmó el Pontífice, es el pecado, el pecado no tolera la
luz. Los vicios, el espíritu mundano, el orgullo. Nos llevan a asociarnos con
otros en el mal; hay mafias espirituales que permanecen en la oscuridad. No es
fácil vivir en la luz porque nos hace ver cosas malas que no queremos ver:
pecados. Jesús no vino a condenar sino a salvar: debemos dejarnos iluminar en
nuestra oscuridad diaria. El Señor nos salva, pero nos pide que veamos nuestra
oscuridad. El Señor es bueno, es gentil, no debemos temer la luz de Jesús.
Pero
si pensamos en estas cosas – añadió el Papa – "no encontraremos un muro,
no: encontraremos una salida", porque el propio Jesús dice que Él es la
luz: "No he venido al mundo para condenar al mundo, sino para
salvarlo". El mismo Jesús, la luz, dice: "Ten valor: déjate iluminar,
déjate ver por lo que tienes dentro, porque soy yo quien te lleva adelante,
quien te salva. No te condeno. Yo te salvo". Es "el Señor que nos
salva de la oscuridad que tenemos dentro, de la oscuridad de la vida cotidiana,
de la vida social, de la vida política, de la vida nacional e internacional...
tanta oscuridad" y "el Señor nos salva". Pero nos pide que los
veamos primero; que tengamos el coraje de ver nuestra oscuridad para que la luz
del Señor entre y nos salve.
Actividad del Día
Hoy queremos hablarles especialmente a todos nuestros alumnos, que todos ellos tienen una esencia particular, un modo de ser, un estilo que identifica a los niños y jóvenes de nuestro colegio. Y queremos invitarlos a ellos a que lean esta frase de “Santa Catalina de Siena” que dejamos a continuación. Y decirles que en conjunto con lo que dice el Evangelio de Hoy, los invitamos a iluminar, a ser luz en todos los espacios extras al colegio, a ser luz en nuestro grupo de amigos, en nuestras familias, en los clubes, en las academias, en todos los espacios en los que transitamos nuestra vida cotidiana. Y a pesar de que en estos tiempos de pandemia, participamos de estos espacios mediante pantallas, podemos ser luz a través de ellas, tengamos buenos actos, seamos honestos, ayudemos a los que necesitan, acompañemos a nuestros amigos y familiares, y así seamos ejemplo y luz con las personas que nos rodean.