"¿CUÁL ES EL MANDAMIENTO MÁS GRANDE DE LA LEY?" Mt 22, 36

   Pastoral Educativa                           

Querida comunidad educativa:

Buenos días. Hoy les queremos desear un muy feliz día a todos los catequistas, especialmente a los de nuestra comunidad educativa.

Damos a gracias a Dios por su vocación. Gracias a cada uno de ustedes por anunciar la Buena Noticia de Jesús. Dios los bendiga y anime en su misión.

En este día tan especial, nos volvemos a encontrar en torno a la Palabra de Dios…

 

Nos ponemos en presencia de Dios para comenzar la oración de hoy.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

 

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 22, 34-40

En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?” Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas”.

Palabra del Señor

 

El Evangelio de hoy nos habla de lo fundamental de la vida del hombre. ¿Cuál es el mandamiento principal?, le preguntan a Jesús; siempre tentándolo, siempre buscando de encontrar alguna falla en su enseñanza y en su postura.

Los fariseos y los saduceos, los que estaban alrededor de Jesús, estaban preocupados de ver dónde poder encontrar un momento de falla en la enseñanza de Jesús y Él mirándolo como buen maestro le da la respuesta sintéticamente: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu", éste es el más grande y el primero de los mandamientos. Y unido a éste, allí nomás, está el otro mandamiento fundamental que es el mandamiento del amor al prójimo: "Amarás al prójimo como a ti mismo".

Amar al Señor y por supuesto también al prójimo, pero no de cualquier modo, sino utilizando todos los dones recibidos, utilizando lo que Dios nos ha regalado que es Su amor mismo, que Él nos amó entrañablemente, Él primero, toma la iniciativa y nos convoca, nos invita a hacer lo mismo con Él y con el prójimo. Esta ley el amor consiste en ser llevada a la práctica con gestos, con actos concretos, no simplemente quedarse en palabras, sino obrar, ir al cómo. Es muy importante cómo realizamos las cosas, qué empeño, qué amor utilizamos con cada acción.

 

Pidámosle al Señor en este viernes la gracia de revisar con un corazón grande cómo estamos viviendo, cómo estamos realizando nuestras obras de caridad, cómo están nuestras relaciones con los demás, con el prójimo, si realmente estamos viviendo la caridad a fondo, con entusiasmo, con ganas, si lo hacemos por Jesús, si lo hacemos para que Su reino crezca cada día.

 

Señor ayúdanos a amar, a vivir amando, a gastar la vida en el amor. Ayúdanos a dar sentido a nuestra existencia desde esta conciencia de que solamente amándote a Ti y amando al prójimo encontramos la verdadera felicidad en el corazón. Después de haber amado, que significa también cuidar (cuidar la vida propia y ajena), después de haber amado que significa hacer de nuestra vida un don para los demás podremos decir: Señor, hemos cumplido lo que vos nos has pedido, hemos cumplido el camino de la felicidad y queremos estar en la plena felicidad en tu casa, porque tú eres el amor que llena nuestro corazón.