¡VAYAMOS EN BÚSQUEDA DE LAS OVEJAS PERDIDAS!
Equipo
Pastoral
Querida comunidad educativa:
Nos
volvemos a encontrar en torno a la Palabra de Dios…
Nos ponemos en presencia de Dios
para comenzar la oración de hoy.
En el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 10, 1-7:
“En aquel tiempo, llamando Jesús a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias. Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos del Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas Iscariote, que fue el traidor. A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: “No vayan a tierra de paganos, ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos”.
Palabra del Señor
Reflexionamos…
Detengámonos brevemente en el primer versículo, cuando Jesús
convoca a sus discípulos y ellos acuden a Él y reciben una serie de dones que
ellos jamás se hubieran imaginado. Los discípulos creían ya tenerlo todo, se
sentían contentos por estar con el Maestro. Pedro, que había dejado su casa, a
su suegra y su barca, se sentía feliz. Lo mismo Mateo, quien había dejado todas
sus riquezas. Y así cada uno había dejado todo para seguir al Maestro... y para
servirle. Ya no podían esperar otro cambio de rumbo en sus vidas… pero, ese día
el Señor se notaba distinto, alegre y recogido a la vez. Les recordaba el día
en que cada uno de ellos había sido llamado y les había invitado a dejar las
redes y seguirle. Ya nada más podía pedirles Jesús. Sin embargo, ese día tan especial
Jesús convoco a doce de los que le seguían de cerca y los envío a llevar su
mensaje de amor y salvación a todos los hombres; les dio el poder de expulsar a
los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad y dolencia.
Hoy Cristo nos sigue convocando para que vayamos y demos
testimonio. Pero necesita de nuestra docilidad a fin de que respondamos a esta
convocatoria como lo discípulos. No es una invitación de grupo, sino
individual, con nombres específicos: Pedro, Juan, Mateo. Solo que hoy son nuestros
nombres los que se escuchan. No perdamos la oportunidad de estar atentos para
escucharle y abiertos a lo que Él quiera de nosotros… aunque pensemos que ya no
podemos dar o recibir más.
La Iglesia nos necesita para ser luz en la tierra, necesita
de hombres y mujeres, laicos y consagrados para la nueva evangelización.
Meditación del Papa Francisco
El Espíritu envía. Jesús es el Enviado, lleno del Espíritu
del Padre. Ungidos por el mismo Espíritu, también nosotros somos enviados como
mensajeros y testigos de paz. ¡Cuánta necesidad tiene el mundo de nosotros como
mensajeros de paz, como testigos de paz! Es una necesidad que tiene el mundo.
También el mundo nos pide hacer esto: llevar la paz, testimoniar la paz.
La paz no se puede comprar, no se vende. La paz es un don que
hemos de buscar con paciencia y construir “artesanalmente” mediante pequeños y
grandes gestos en nuestra vida cotidiana. El camino de la paz se consolida si
reconocemos que todos tenemos la misma sangre y formamos parte del género humano;
si no olvidamos que tenemos un único Padre en el cielo y que somos todos sus
hijos, hechos a su imagen y semejanza.
Amén.