EL HOMBRE PRUDENTE QUE EDIFICÓ SU CASA SOBRE ROCA
Equipo
Pastoral
Querida comunidad educativa:
Nos
volvemos a encontrar en torno a la Palabra de Dios…
Nos ponemos en presencia de Dios
para comenzar la oración de hoy.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 7,21-29:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No todo el que
me diga: ‘¡Señor, Señor!’, entrará en el Reino de los cielos, sino el que
cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. Aquel día muchos me
dirán: ‘¡Señor, Señor!, ¿no hemos hablado y arrojado demonios en tu nombre y no
hemos hecho, en tu nombre, muchos milagros?’ Entonces yo les diré en su cara:
‘Nunca los he conocido. Aléjense de mí, ustedes, los que han hecho el mal’. El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se
parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia,
bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa;
pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.
Palabra del Señor
El Papa Francisco nos dice:
Cristo nos pide permanecer en su amor. Hay dos
criterios que ayudan a distinguir el verdadero amor del que no lo es. El primer
criterio es: el amor está más en los hechos que en las palabras, no es un amor
de telenovela, una fantasía, historia que nos hacen latir el corazón pero nada
más, está en los hechos concretos.
Jesús avisaba a los suyos: «No los que dicen
‘Señor, Señor’ entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que han hecho la
voluntad de mi Padre, que cumplen mis mandamientos».
El verdadero amor es concreto, está en las
obras, es un amor constante. No es un sencillo entusiasmo. También, muchas
veces es un amor doloroso: pensemos en el amor de Jesús llevando la cruz. Pero
las obras de amor son las que Jesús nos enseña en el pasaje del capítulo 25 de
san Mateo. Quien ama hace esto, el protocolo del juicio: Estaba hambriento y me
han dado de comer, etc. Las bienaventuranzas, que son el programa pastoral de
Jesús, son concretas.
El segundo criterio del amor es que al amor se
comunica, no permanece aislado. El amor da de sí mismo y recibe, se da esa
comunicación que existe entre el Padre y el Hijo, una comunicación que la hace
el Espíritu Santo.
Reflexionemos un poco más
Nuestro Señor sabía algo de arquitectura, porque si
alguien intenta construir en roca firme, tendrá su casa bien sólida en los días
de tempestad, y si una persona quiere construir en arena no le durará su morada
en pie.
Además si es verdad en la vida terrena, ¿cuánto
más lo será para la vida espiritual? En el alma los cimientos son las
palabras que Cristo nos ha dejado. Por eso tenemos que leer con frecuencia el
evangelio, que es en donde se recogen todas las palabras del Señor. En ellos
encontraremos las fuerzas necesarias para ser fieles y tener una casa
espiritual bien fundada en Cristo.
Así busquemos vivir siempre con el
evangelio en la mano para cimentar bien nuestra vida y vivir fieles a Dios,
siendo así ejemplo para todos nuestros hermanos.
Amén.